lunes, 29 de agosto de 2011

El emperador

Emperador by Altusken
Emperador, a photo by Altusken on Flickr.

El emperador dominaba cada rincón de sus tierras, a cada uno de sus súbditos. Todas las decisiones pesaban sobre sus hombros. Jamás había sentido la carga, su poder lo ejercía sin dudar. La vacilación no era parte de sus emociones. Cada objetivo planteado era cumplido a la perfección, el imperio crecía y crecía.
Era un ser victorioso, digno de poder, los otros no lo habían entendido y ya habían pagado.
En el mapa marcó la nueva conquista; allí construiría el templo donde pasaría sus últimos días. En aquella comarca donde yacían las cenizas de la bruja y el hereje estaba su secreto.
Él, el primero de la dinastía, descansaría en la tierra en que sus padres habían perecido por amor.
Su misión estaba cumplida.

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