Como de costumbre, a las 6, oí el despertador, lo dejé
sonar varias veces y no lo apagué a la espera de la repetición de la alarma 10
minutos más tarde, mi acto de rebeldía diario al horario impuesto por mis
responsabilidades. Sí, mis responsabilidades, jamás cuestionaría eso
porque tendría que escuchar la extensa
explicación con las lista de cosas con las que debo cumplir, que es lo que
corresponde, como dicen y me repito cada vez que la alarma me devuelve al día.
Una vez arriba, una inspiración profunda y de pie.
Directo al baño, el agua fría en la cara terminó de
despertarme. Cepillo, pasta dental, toalla, cada cosa en su lugar nuevamente,
mientras el agua de la ducha tomaba la
temperatura que me agrada. Orden, después de la higiene.
Casi llegando las 7, el desayuno me esperaba en la mesa, otra secuencia del ritmo de mi
vida, en la medida exacta.
Después los ejercicios para mantenerme en calma, es
necesario que cumpla con cada una de mis rutinas, es parte mí, para poder
volver a la normalidad de mi día a día. Cada cosa en su momento, nada de
apuros, un poco de orden, solo eso, un poco de orden, sin atropellos, sin
ansiedad, una hora de caminata y el estiramiento correspondiente. Los
ejercicios de respiración devolvían la estabilidad a mis fibras que, como cada
mañana, casi a las 10 se desordenan, pidiéndome, suplicándome otro desafío,
otro rumbo.
Respiración, orden, armonía y la afirmación diaria: “Mi
principal responsabilidad es mi integridad: cuerpo – alma- espíritu”. Un día más, solo hoy, sin contar cuántos me faltan.
Mi grito interior se ahogaba por segundos, pero seguía
allí, se filtraba por mis venas, lo sentía en mis muñecas.
10.05, retraso, se alteraba mi rutina, y mis ganas de
plantar todo cronometraba más certeramente que mi razón.
10.15, el temblor se apoderó primero de los dedos para
tomar las manos por completo, y la voz que me sacudía ya era una risa burlona
en mi cabeza con su frase “Inspiraciones más inspiraciones menos, lo que
necesitas es respirar, respirar aire puro, libre”.
No pude comprobar si la aguja marca las 10.30. Acabo de
estrellar el reloj contra la pared
Inspiré fuerte, me senté,
quería recuperar el control, la carcajada me rondaba y retumbaba ya por
las paredes. Intenté acompasar la
respiración, las partes del reloj se burlaban de mí, mostrándome mi fala, mi falta de integridad – cuerpo,
alma, espíritu- desencajada: el cuadrante en el piso, las agujas partidas y sin
tic – tac.
Mis latidos se oían, era yo, el control otra vez. Cuerpo, alma, espíritu en una nueva
respiración.
Entraron repentinamente. Me resistí cuanto pudo pero
lograron sujetarme y darme finalmente la medicación.
Como de costumbre a las 6, oí el despertador, lo dejé
sonar varias veces, pero no pude apagarlo, hoy mis manos están sujetas a la cama.
Ya las medidas no son las mismas, no tengo nada en la
habitación pero no duermo con mis manos atadas. Ya no me dominan mis alucinaciones, dicen que estoy recuperando el control, los
ejercicios me hacen bien; yo escucho y hago caso, en breve paciente
ambulatorio, el fin de semana voy a casa.
Ya van tres fines de semana, puedo estar bajo mi control.
Respiro, hago las rutinas, me tranquilizo, me relajo.
Tengo el control, decido después de no sé cuánto tiempo,
estoy… abro los ojos….
Esto dura mucho más
de lo que había pensado, me
siento en un lugar que no puedo
discernir completamente cómo es, cuál es la realidad, soy consciente que hay una realidad o debería. Todo tiene
sentido pero nada lo tiene. Ahora pienso, quiero creer que estoy pensando
y todo es muy estúpido.
Por momentos me siento que soy el creador de todo, y mi compañero,
mi refuerzo de autoconfianza, quien logró que ya no estuviéramos encerrados fue
o es una imaginación momentánea que escapó del flujo de pensamientos para
hacerme ver la realidad en la que estoy, por momento me doy cuenta que no, y
puede rescatar de algún rincón de mí que
solo es la droga. Pero me tengo que esforzar
mucho para pensar solo eso, entonces
quizás no es lo que tomé, sino la falta
o una combinación nueva, no sé cuál de las dos sensaciones es, si es
narcótica o abstinencia la que me
retiene o me deja ir .
Hay música, que te
va llevando de una manera que no se entiende, es frenético, en un río de luces a mucha velocidad y luego la sintonía cambia
a algo más pacífico y suave.
Veo luces detrás
de mis ojos, escucho que tocan timbres y una pelea en la calle. Luces
de policía me hacen pensar que están tocando en mi puerta para que baje la música, que ya no estoy
escuchando.
Todo cae de golpe,
estoy hablando con alguien por teléfono. No puedo hacerle entender que no quiero hablar porque
realmente no sé quién es, o si lo sé, pero
simplemente no quiero.
Un gusto pastoso me invade la boca, pasa de suave a
amargo. Puedo sentir que ya vomité pero todavía no lo hice.
Quiero soledad, alrededor se crean unos mundos concéntricos en el que todo
nace vive y derrapa sobre sí mismo infinidad de veces y vuelve a empezar. Con cada comienzo tengo una pausa, y trato de conectarme con la
realidad pero ya la perdí.
En el balcón las luces se ven
increíblemente vivas, ¿cómo pude llegar al balcón?
Hay una estrella que crece y titila, solo me concentro en
ella, el resto se desvanece.
El cansancio es
enorme, tengo el cuerpo todo relajado y pidiendo pista hace rato, pero la mente
esta iluminadísima llena de colores y luces que bajan como seres que me
veneran.
Ya van 12 horas y no puedo parar, esto había sido una
buena idea. Me acosté, intenté recordar
como tomar el control, pero no puedo
dormir me duele terriblemente la columna, hay luces y distorsiones que se repiten y en la coherencia que puedo
hilvanar me puteo y me pregunto cómo mierda hago para ponerle un fin a esto.
Tengo momentos de conexión y busco el cable a tierra, no
sé si la realidad es esta o la de todos los días, pero quiero tranquilidad, ya
no me importa si es por tomar mayor
dosis, por haberla alterado o siempre fue ,y lo único que tuvimos fue el
placebo y estoy viendo cómo es el todo sin estar enmarcado.
Estuve haciendo dibujos parte de toda la noche para
enfocar y reconstruir.
Opté por irme pero no sin antes mirarme al espejo,
debería haberme hecho caso de escaparle a los espejos, no quiero esa realidad,
con la ida y vuelta sin saber cuál imagen real y cuál alucinación me alcanza.
Luché contra todo lo que me tiré encima y no hubo nada
que me hiciera desbarrancar mi propia
imagen, me tiraba caras diabólicas
seguidas de súplica y movimientos incoherentes hasta que se calmaba todo y
estaba yo otra vez diciéndome que lo había superado.
Los olores, son lo más instintivo, la parte más animal,
volví al inicio de golpe, un olor muy violento.
Empezó siendo colilla de cigarrillo, pasó a faso de ahí a
desinfectante y terminó siendo un olor tan fuerte con la intensidad de un
zorrino.
Pinté una paloma en la ventana, miró
tres veces para adentro y se fue.
Su partida dio comienzo al amanecer, pero todavía era de noche.
El tiempo se hizo ciclos, pero completamente siento la dignidad ante el tiempo. Miro el reloj cada 3 minutos.
10 minutos.
30 minutos.
Avanzaba muy lento.
Afuera es horrible. No quiero poner un pie afuera. Desde que se despertó la gente es
un horror de gritos ruidos y molestias.
Ya va 1 hora extra, puedo parar; no sé si estoy en la mitad o en el principio
de nuevo.
Esto es UNA MIERDA. Estoy en la montaña rusa y me tapo
los ojos para qué mierda me subí ¿no? Sube y baja sube y baja. Me voy a fumar al
balcón. Tengo sed. Ya me tienta empezar a pintar las paredes.
Debería comer algo pero no tengo hambre.
Un búho de mierda
aparece en todos lados, me controla, no lo tolero.
En la brasa de mi cigarrillo apareció un anciano que quería impartirme sabiduría.
2:47 estoy frente a la nada y grito. Definitivamente algo
está fallando.
No puedo
entender el engranaje que usa el tiempo, lo veo pero no lo puedo seguir, cada vez que hago una línea encima
se ramifica para todos lados.
Ya me hice la idea
de que esto no termina nunca, ¿o siempre fue así y me controlaron?
Pienso en la actividad
colectiva y si de ahí se saca una
persona y se la priva de género, te
queda un muñeco de barro que podés darle
forma como quieras pero siempre termina siendo la barro.
Nadie puede
liberarse de sí mismo. Alguien apareció en una azotea, parado frente al
vacío. Miraba todo el universo que podía ver, que era nada. Ínfimo y pelotudo,
pero era todo lo que podía ver. Están
ciegos, dijo. Gritó con todas sus fuerzas.
Nadie le prestó atención. La gente seguía
caminando monótonamente, arrastrando los
pies. Se sentía muy solo. No entendía como se había quedado tan solo. ¿O sería
mi reflejo? ¿O viendo desde mi vida controlada?
Cayó de rodillas,
susurrando para sí: están ciegos…
Yo vi como es: la música,
los colores, los olores.
3:22
No siento que esto disminuya ni un poquito. Si bien ya no
veo cosas que se mueven ni estoy viajando en la fluyente de información
lumínica. No para.
Estoy fumando, trato de medir el tiempo con los cigarrillos. Así sé que aún
no cesó. Creo.
LAS PUTAS IDEAS NO ME DEJAN PENSAR
Son las 3:30
Vi en el malvón la geometría sagrada, Es como se creó todo,
empieza desde un punto, y de ahí se ramifica todo.
3:39
Voy a ver si puedo dormir algo. Necesito descansar.
16:46
Me conecté bastante con la realidad, sonó un timbre que no me animé a atender. Me
aterroriza el afuera.
Enlazando demonios de nuevo, se me soltaron todos, busco
controlarme, inspiro, intento relajarme.
Puedo lograrlo estoy al mando otra vez.