lunes, 13 de enero de 2014

Diario de la Bella Durmiente cuando despertó

My eye by neuroticcamel
My eye, a photo by neuroticcamel on Flickr.

Primer día después que me desperté
Querido diario:
Después de un siglo de dormir, el príncipe azul rompió el hechizo y el reino completo despertó.
Siendo este mi diario, la primera hoja después de cien años, tendría que escribir hojas enteras sobre el beso, pero la verdad nada que destacar, no fue “el beso”, he tenido mejores. Otra cosa, hubiese preferido elegir a quién me daba el beso, pero bueno, no me quedaba otra. Ahora que me desperté, sí, puedo ver a quién besar, y quién me quiere besar, porque a pesar de ser la princesa del reino, hay algunos que están tan agrandados que se hacen rogar para darte un beso. Las cosas ya no son como antes y encima que te llevas cada chasco, después de tanto histeriqueo el beso es un besito que no te mueve ni un pelo.
Menos mal que el príncipe partió a sus tierras para avisar que logró su misión de encontrarnos. De salvarnos, como dijo con un gesto de triunfo. Menos mal que se fue con su alardeo de héroe, alimentándose el ego, no sea que yo a él si le haya gustado y quiera ser mi novio o algo. Después de 100 años de estar dormidita por esa yegua egoísta que me lanzó el hechizo por el descuido de mis viejos de tener secretarios tan ineptos que se habían olvidado de invitarla. Igual, acá en estas líneas voy a escribir, todo, me tengo que hacer cargo de mi parte: me lo habían dicho y yo insistí con mis caprichitos reales adolescente de hacerme la rebelde. Así que por ser tan boluda de tener ese ataque de andar haciendo manualidades y pincharme el dedo terminé cumpliendo con la parte que me tocaba, y ya la cumplí; dormí 100 años. Ahora eso no significa que me enganche con el primero que se me cruce, quiero conocer el nuevo mundo. Espero que me haya entendido, que le haya quedado bien claro que esto era parte de la historia, parece un buen pibe pero mejor cada uno por su lado. Se lo dije a él y a su amigo, para que se lo recuerde y le aclaré que no es nada personal. “Serás lo que debas ser o no serás nada”. Creó que lo entendió, se lo expliqué bien, me refiero a claramente y de buenas maneras, parece inteligente, pero que sé yo, estoy medio fuera de foco, tantos añitos a la sombra, ya las cosas no son igual, hay muchos cambios ya me estuve aggiornando.
Mi padre ya emitió la orden real: de cortar las enredaderas, arreglar las casas y todo lo demás. Cada rincón del reino volverá a ser como era. Ya le dije que tenga cuidado con las órdenes que da, porque las cosas no son como antes y los sindicatos están más fuertes y vamos a terminar con quilombos. Ojalá me haya prestado atención, lo que se hereda… y mis caprichitos son 50% mamá: joyas, ropa, zapatos, perfumes, y 5o % papá: órdenes, caras impresentables, antisocial y todo lo que contradiga lo que digo.
En realidad, tengo que seguir hablando mucho con papá, tenemos que averiguar bien como son las cosas hoy y hacer todo lo que sea necesario para que el reino esté ubicado en la realidad actual, lo antes posible. En el mundo de hoy cocodrilo que duerme es cartera, menos mal que soy humana y me protegió la magia, sino sería una hermosa estatua de museo. Además tendríamos que ver un poco el tema de las cuentas, menos mal que siempre guardó oro, porque los billetes no sé si seguirán sirviendo, más de un reino ya había cambiado su moneda antes de que nos durmieran.
Estuve pensando bastante en el tema este de la maldición y creo que deberíamos hacer una investigación exhaustiva sobre nuestro hechizo, éramos un reino en expansión, con grandes proyectos y con este asuntito del enojo, el pinchazo y mi sueño nos mandaron al freezer por 100 años, a mí me huele a que nos acostaron literalmente.
Volviendo al tema de la plata, hay que averiguar ya, tengo que comprarme ropa, zapatos, maquillaje todo lo que una mujer necesita. Mamá quiere hacer una fiesta para celebrar, mucho la idea no me gustó, pero ahora que lo estoy pensando estaría bueno. Nunca me gustaron las reuniones, sonrisa por acá, saludo por allá, que el protocolo, que fulano venga porque conviene, todo eso me fastidió siempre. Pero…, ahora las cosas las veo diferentes, parece que dormir, me despertó: en la fiesta puedo conocer gente de otros reinos, de los que yo conocía no debe quedar ninguno, probablemente los nietos de Cenicienta y los de Blancanieves puedan venir, quizás alguno me guste. Hay que invitar a todos, hay nuevos reinos y también a los guardaespaldas, asesores , todos, uno nunca sabe dónde está su “príncipe”, si entre comillas, no quiero un “príncipe” quiero un hombre que me guste, tampoco quiero engancharme ya con uno.
Voy a juntarme con las otras chicas del reino, espero que no estén tan dormidas como cuando nos hechizaron, y con se hayan despabilado un poco, porque en realidad no había ninguna que fuera una luz, por eso yo era tan solitaria. Tengo que ponerme al día con ellas, no es cuestión de amistades, ellas no eran mis amigas, hay que ver como viene la competencia por acá.
Por lo pronto me cambio esta ropa, nunca me gustó mucho el estilo que había que usar, ya era un bajón cuando me pinché, hoy ni ahí que se usa.
Dejo de escribir porque ya están llegando la manicura, el estilista y el masajista real, a hacer chapa y pintura antes de dar la cara, soy la princesa, también logre contactar a una asesora de imagen para ver mi nuevo estilo, cuando salga del palacio creo que no duermo por una semana.