Desde el día que la había conocido sucumbía ante sus ojos. No dejaría que jugara con nadie más. Terminó con sus mentiras, arrojó el cuerpo al río.
Se sentó a esperar que vinieran por él. Somnoliento aguardaba justicia. Unas gotas lo despabilaron. Solo ella lo miraba emergiendo desde la otra orilla, invitándolo a que la acompañe. Sin parpadear caminó hacia ese pestañeo que lo embriagaba.
Tenían toda la eternidad para jugar al gato y al ratón.
Buenisimo! felicitaciones Lore, saludos.
ResponderEliminarNati, prima de Eliana.
Lore...genia...felicitaciones! una gran escritora está al fin sacando a la luz sus escritos...
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